Se llamaba Peter Townsend. El coronel Townsend fue héroe en la Segunda Guerra Mundial con la Royal Air Force (RAF) y caballerizo del rey Jorge VI, de 1944 a 1952, y quien le tenía mucha confianza. El rey Jorge VI fue padre de la princesa Margarita, la única hermana de quien sería la reina Isabel II de Inglaterra. Este hombre maduro se acercó a la juvenil Miss Universo peruana en octubre de 1957. La prensa peruana no pudo ser ajena a ese encuentro.
Era un hombre casado (luego separado) con Rosemary Pawle (1941-1952) y con dos hijos, y un servidor de confianza del rey Jorge VI. Esa cercanía le hizo encargarse de la seguridad de la joven princesa Margarita, a quien acompañó en varios viajes y a la que llevaba 16 años.
En 1953, cuatro años antes de que llegara al Perú, Peter Townsend, el ex héroe de la RAF protagonizó un escándalo amoroso al proponer matrimonio, luego de su divorcio, a su Alteza Margarita ya entonces de 23 años. La relación entre ambos, como cuentan los biógrafos contemporáneos, habría empezado la década anterior, cuando Margarita no pasaba los 20 años.
Impedido de casarse por las propias normas de la iglesia Anglicana, que prohibía el matrimonio de los divorciados si es que su ex pareja aún vivía, y rechazado por la propia Realeza Británica, Townsend fue enviado a la embajada británica en Bruselas (Bélgica), entre 1953 y 1956 como agregado aéreo. En octubre de 1955, la princesa Margarita había leído una declaración formal en la que rompía totalmente cualquier vínculo afectivo con el coronel Townsend.
De esta forma, cuando llegó al Perú en octubre 1957, invitado por su amigo Eduardo Dibós, Townsend había terminado de desempeñarse como agregado aéreo en Bruselas, y estaba dando una gira por diversas partes del mundo. En estas condiciones conoció a nuestra flamante Miss Universo Gladys Zender. El inglés era un hombre libre, ni cerca de la Realeza Británica ni de la RAF.
GLADYS ZENDER: SU LLEGADA AL PERÚ LUEGO DE UNA LARGA GIRA
El 17 de octubre de 1957, la reina peruana Gladys Zender regresó al país luego de un viaje por Brasil, Uruguay, Argentina y Chile. Había sido elegida en julio de ese año “Señorita Universo”, la primera latinoamericana en conseguirlo. Regresó acompañada de su madre y una tía. Ni bien tocó tierra, la prensa la cubrió de preguntas sobre propuestas que recibió para hacer cine en Hollywood, Brasil y México y hasta de proposiciones matrimoniales de excéntricos millonarios. Pero a la “señorita Zender” esas cosas no le interesaban.
Gladys vino lo más pronto posible al Perú por dos motivos: participar al día siguiente en la procesión del Señor de los Milagros, del cual era absoluta devota; y celebrar, con los suyos y amigos, su cumpleaños número 18. Una gran emoción la invadía.
MISS UNIVERSO BAILÓ MARINERA CON TOWNSEND
En cualquier reunión o fiesta del Perú la música nunca falta. Y menos aún en la que estuvieron Gladys Zender y Peter Townsend en Lima, el 18 de octubre de 1957, es decir, en la víspera del cumpleaños de la mujer más hermosa del mundo. Ese día se conocieron. Antes de la reunión, luego de pasar por el salón de belleza, Gladys había posado para el retrato que le hacía Manuel Miró Quesada Laos.
La fiesta se realizó en la casa de Jácobo Zender, tío de Gladys. Ella llegó deslumbrante junto con sus padres, y Townsend, que venía de un viaje por Colombia, fue llevado hasta allí por un amigo en común: Eduardo ‘Chachi’ Dibós. Junto con otros amigos y familiares, la reina compartió una cena con todos. Peter Townsend había declarado ese mismo día con suma sencillez: “Soy simplemente un chofer trotamundos”, y añadió que el peruano tenía un gran “espíritu hospitalario”. Ya estaba unos días entre nosotros y se mostró cortés y amable con la prensa. Contó que su travesía por el mundo se había convertido en artículos y crónicas que venía publicando en Bruselas, donde residía desde que abandonó Londres hacía cuatro años.
Un gesto que llamó la atención de los periodistas locales fue que Townsend parecía liberado de algún vínculo con Inglaterra y con toda esa historia de amor con la princesa Margarita (que aún se mantenía soltera en el Palacio de Buckingham). Y es que declaró además que no sentía el clásico “home sick” de los sajones, es decir, la nostalgia por el país; y que “solamente me preocupa el presente”.
Se negó de manera cortés, pero cortante a hablar de su familia, de su ex esposa o de sus hijos. También negó que en su jeep haya alguna inscripción con lápiz de labio femenino. El Comercio señaló: “El coronel Townsend agradeció finalmente a la prensa peruana por su decoro y por la sobriedad y comprensión con que ha informado acerca de su persona, y de su visita a nuestra patria”. El diario corroboraría en esa conferencia que fue Townsend quien estuvo interesado en conocer a la Miss Universo peruana.
En la gala por el cumpleaños de Gladys, Townsend conversó con ella amablemente y luego, como dijo el diario decano en su edición del 19 de octubre de 1957, bailaron una marinera. Nuestra Miss Universo no pudo negarse a bailar, y Townsend, inexperto en estas danzas, pero no tímido, tomó el pañuelo e hizo unos pasos, para el festejo de la concurrencia.
Gladys le tuvo que enseñar algunos movimientos elementales, por supuesto. Fue un gesto de amabilidad y cortesía, pero que muchos interpretaron como un “coqueteo”. Al menos eso era lo que se evidenciaba. El propio día de su cumpleaños, el 19 de octubre, la reina peruana lo pasó en familia, descansando de la agotadora jornada previa.
GLADYS ZENDER VUELVE A ENCONTRAR EN AREQUIPA AL INQUIETO INGLÉS
Cuando la hermosa Gladys llegó el 17 de octubre al aeropuerto de Limatambo había dicho que sus próximos viajes eran, el más cercano, a Arequipa, por invitación del alcalde de esa ciudad. Así, viajó el 29 de octubre de 1957 a Arequipa, al lado de su padre y tío, y donde, curiosamente, se volvió a encontrar con Townsend, quien estaba de camino hacia Chile, como había contado a la prensa días antes.
Para la Miss Universo fueron jornadas de trabajo con autoridades civiles y militares, a las que se sumó el coronel británico Peter Townsend. Llegaron en tren a la localidad de Yura, y allí les esperaba un almuerzo en el Hotel de Turistas. Gladys fue aclamada por la población. Todos querían departir con la “Señorita Universo”. Quizás fue ese encuentro fortuito o no el que animó a mucha prensa del Perú y el extranjero a pensar que la reciente Miss Universo podría tener algún vínculo afectivo como el apuesto ex aviador de la RAF y antiguo novio de la princesa Margarita de Inglaterra. Pero, al parecer, solo fueron rumores. Ambos lo desmintieron tajantemente a los medios ante la generalizada sospecha.
Ese mismo día, Gladys Zender declaró: “No hay nada de lo que se imaginan. Peter Townsend es un caballero muy gentil, muy amable y buen amigo”. En iguales términos se expresó el británico de ella. Pero cuando la prensa preguntó a Gladys de una posible visita suya a Europa y la factibilidad de un reencuentro en Bruselas con Townsend, la Miss Universo peruana dijo que “sería simplemente una simpática coincidencia”.
En Yura, el aviador británico, vestido de overol, estuvo muy activo; incluso manejó él mismo la locomotora que llevó a la comitiva de paseo. Cuando regresaron a la capital arequipeña en auto, los dos se separaron. Los cables noticiosos indicaron que la última vez que se hablaron fue ese mañana del 30 de octubre de 1957, en el hall del hotel. Allí se dieron “un cordial apretón de manos y renovadas protestas de amistad”. Entonces, Townsend le dijo a Gladys en inglés: “Que tenga buen viaje y quizás volvamos a vernos en Europa”.
Así, mientras Townsend se preparaba para seguir hacia el sur, a Tacna, con destino a Chile; nuestra Miss Universo se alistaba para volver en un avión de Faucett a Lima, al día siguiente, en horas de la tarde. El inglés seguiría su gira mundial y solo retornaría a Europa meses después. Lo último que dijo fue que seguiría viviendo en Bruselas y no volvería a Inglaterra.
LIMA, OTRA VEZ LAS PREGUNTAS INCÓMODAS
Al llegar a Lima, ese mismo día, 30 de octubre de 1957, Gladys Zender debió hacer frente a la prensa que, entre otras cosas, con seguridad le haría preguntas sobre el coronel Townsend. Pero ella, siempre acompañada de sus familiares, se dirigió raudamente a su casa en San Isidro. Allí, al lado de su padre Eduardo y su tío Jacobo, declararía para El Comercio, mostrándose primero agradecida por el recibimiento del pueblo arequipeño.
El reportero entonces abordó el tema polémico que al parecer había tenido algún rebote en cierta prensa londinense y en algunos medios locales: el de su relación con el aviador británico Peter Townsend, el antiguo pretendiente de la princesa Margarita de Inglaterra. Se hablaba incluso en esos medios ingleses de “compromiso amoroso”. Gladys Zender, muy seria, dejó las cosas en claro: “Es un magnífico amigo, pero absolutamente nada más”, dijo con el ceño fruncido.
Sus palabras fueron refrendadas por su propio padre, quien viajó con ella a Arequipa. Eduardo Zender remarcó que su hija solo tenía 18 años y que el señor Townsend 42 años, y aunque eso no era algo determinante, lo importante era que no habido nada entre ellos, dijo. “El encuentro en Arequipa ha sido una simple coincidencia”. Lo fue por la ruta al sur que tomó el ciudadano británico.
Pese a todo, no dejó de ser cierto que durante esos años Peter Townsend estaba dispuesto a iniciar un romance en serio; a tal punto que, luego del viaje por Sudamérica, retornó a Bruselas (Bélgica) y allí conoció, casi de inmediato, a Marie-Luce Jamagne, una muchacha de 20 años, hija de un fabricante de cigarrillos belga, quien al poco tiempo, en 1959, se convertiría en su esposa por unos largos 36 años.