La televisión peruana a través del tiempo

La televisión fue un invento que cambió la vida contemporánea de millones de personas y al Perú llegó a finales del gobierno de Manuel A. Odría (1948-1956). En ese entonces se realizaron los primeros ensayos y miles de peruanos quedaron sorprendidos con la posibilidad de ver y escuchar imágenes en blanco y negro desde una pequeña pantalla. Este 21 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Televisión, aquí buena parte de su historia en el Perú.

El primer atisbo de la magia de la televisión entre nosotros ocurrió en 1939, durante una exposición electrónica en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe, gracias al auspicio del Instituto de Investigaciones Científicas de los Correos de Alemania, que realizaron una transmisión experimental de circuito cerrado.

En los años 50, la televisión en el Perú en circuito cerrado fue la protagonista del VII Congreso Interamericano de Cirugía, realizado en Lima. Años más tarde, exactamente en 1954, Alfonso Pereyra, fundador de la Compañía de Producciones Radiales y de Televisión S.A. dio a conocer a la prensa reunida en el Hotel Bolívar el manejo de la cámara y los receptores de televisión. En abril de 1955, Lima fue sede del IV Congreso de la Asociación Interamericana de Radiodifusión.

Aquel día, la compañía norteamericana Radio Corporation of America (RCA) distribuyó 10 receptores por toda la capital, incluyendo el hall de la sede central de El Comercio, y colocó un transmisor en el Hotel Bolívar. Desde ese día, el interés que despertó esta pequeña pantalla fue creciendo a grandes pasos. El Comercio publicó tres notas escritas por Oscar Miró Quesada de la Guerra (Racso) en las que se detallaban el funcionamiento del nuevo invento.

Los grandes empresarios radiales fueron los que decidieron invertir en la televisión comercial. En 1958, nacieron los primeros canales de la televisión peruana. El Canal 7 fue fundado en enero por la Unesco y el Gobierno bajo el nombre de Inca Garcilaso de la Vega (hoy TV Perú). En diciembre nació el primer canal comercial del país, Canal 4, fundado por Nicanor Gonzales y Antonio Umbert con el nombre de Radio América TV Canal 4 (hoy América Televisión).

Al año siguiente, el 16 de octubre de 1959, entró a la competencia otro canal comercial, Canal 13, más conocido como Panamericana Televisión. Este medio televisivo formaba parte de la Unión de Radiodifusoras del Perú. Sus principales socios eran Genaro Delgado Brand y el empresario de gaseosas Isaac Lindley. Genaro Delgado Parker, hijo del primero, obtuvo un crédito de la empresa transnacional Philips para el equipamiento técnico y, a través del magnate de la televisión cubana Goar Mestre, accedió al conocimiento de la producción técnica y a la asociación con la cadena de televisión americana CBS.

El periodista Fernando Vivas en su libro “En vivo y en directo. Una historia de la televisión peruana” (2008) describe: “La propuesta creativa del canal y el diseño preliminar de su programación no empezaron con una página en blanco. Había una sólida relación comercial con la CBS norteamericana que suministraría series de estreno (…)”. Panamericana Televisión contaba con una amplia programación como un bloque de noticias llamado “El Panamericano”, que comenzó sus transmisiones durante 15 minutos. Raúl Ferro Colton era el responsable de recopilar material gráfico y escribir las noticias. Humberto Martínez Morosini y después Ernesto García Calderón fueron las voces y los rostros del programa.

Hacia los años 70, se incorporaron en diferentes puestos Manuel Seoane e Iván Márquez, entre otros, este último destacó por su inconfundible voz noticiosa y comercial. “El Panamericano”, noticiero que permaneció más de 20 años, se convirtió en uno de los favoritos de la teleaudiencia que lo preferían en sus ediciones matutinas y nocturnas. El noticiero terminó de transmitirse a inicios de la década de 1980.

Por otro lado, el entretenimiento también era importante en la pantalla chica. Entre 1959 y 1962 se emitió lo que podría considerarse el primer programa cómico de nuestra televisión, “El Muñoz de Baratta Show”, que se trasmitió durante dos o tres horas en el horario estelar, primero en el Canal 4 y luego en el Canal 2. En él se parodiaban a figuras de la política, el espectáculo y la literatura. Los guiones estaban a cargo de Daniel Muñoz de Baratta, hermano del famoso Hugo Muñoz de Baratta “Mon Cheri”.

Daniel Muñoz viajaba a Buenos Aires para traer libretos e ideas de los programas cómicos argentinos, que claramente influenciaban en la comicidad peruana. Por este programa desfilaron grandes artistas como Bienvenido Granda, Norma Marini y Mabel Duclós. También fue el inicio para actores como Cuchita Salazar y Antonio Salim, recordado por su papel de “El Jefecito” en los años 80.

El programa peruano con más años en la pantalla chica fue “Trampolín a la Fama”, que se transmitió durante 30 años, de 1966 a 1996, con altos índices de audiencia. Este programa fue conducido por Augusto Ferrando, acompañado de Violeta Ferreyros, Felipe Pomiano (“Tribilín”), Ingeborg Zwinkel (“La Gringa Inga”) y Leónidas Carbajal.

Este espacio de entretenimiento logró convertirse en uno de los 10 mejores programas de televisión, según la revista Rolling Stone. El programa sabatino que fue transmitido por Panamericana Televisión se convirtió en la cuna de varios artistas cómicos como Carlos Álvarez, Miguel Barraza, Fernando Armas, Jorge Benavides y muchos más.

Para finales de los años 80 una figura femenina sorprendió al público, en especial a las amas de casa. Sonia Mercedes Gisela Valcárcel Álvarez, una joven de 24 años se apoderó de la tele al mediodía. “Aló Gisela” fue emitido por primera vez en 1987 por Panamericana Televisión. Este programa, producido en sus inicios por el famoso Guillermo Guille, atrapó a las populares “señitos”, las que llamaban ilusionadas para participar en alguno de los concursos que promocionaba la “Gise”.

Fernando Vivas (2008) ha explicado cómo se inició este popular programa que lanzó a la fama a la popular rubia: “Aló Gisela nació como un producto promedio del 5. Ni muy sofisticado, ni muy doméstico o vulgar, ni muy juvenil ni muy señorón, ni muy estridente ni muy sereno (…)”.

Desde su aparición en el Perú, la televisión ha pasado por diversas transformaciones; miles de programas fueron transmitidos por su señal y con los años, el invento televisivo ha crecido debido a las diversas innovaciones tecnológicas.