Los domingos en la primavera de 1967 estaban cargados de actividades deportivas como carreras de autos o demostraciones de paracaidismo. Sin embargo, sería el concurso nacional de pesca de trucha el que llamaría la atención del público.
Este evento fue el inicio de los festejos por los 40 años de la llegada de la trucha de Estados Unidos al Perú. El concurso fue un homenaje al doctor James F. Mitchell quién sembró la trucha en aguas peruanas a finales de la década del 20. Más adelante se realizaron una serie de charlas y conferencias destinadas a exaltar su valor alimenticio.
Gran acogida
La convocatoria atrajo a 175 deportistas de los clubes de Cusco, Puno, Huancayo, Cerro de Pasco, Jauja, Lima, Callao y Miraflores. Un número nunca antes visto en este tipo de competencias.
En la página semanal “Camping, Caza y Pesca”, que publicada El Comercio, fueron difundidas las bases del concurso además de mapas para llegar desde La Oroya hasta la laguna de Yauricocha ubicada a 4,700 m.s.n.m. Desde ese punto, los concursantes realizarían un viaje de dos horas en auto o camioneta.
Además se daba cuenta de los hospedajes disponibles en la zona; así como, algunas recomendaciones: llevar llanta de repuesto, herramientas, suficiente gasolina y ‘máquina fotográfica’.
A juzgar por las fotos tomadas por nuestro reportero gráfico Carlos del Rosario, el paisaje ameritaba tomarse el tiempo para capturar la belleza de la puna cubierta de ichu y de la laguna que lucía como un espejo de agua.
Domingo de pesca
El 24 de setiembre de ese año, los concursantes buscaron la mejor zona en las orillas de la laguna para comenzar la prueba. “El mayor número de truchas se obtuvo en las aguas menos profundas de la laguna, en el escenario imponente de un paisaje de puna coronado por nevados”, así relataba Abelardo Samaniego, corresponsal del diario decano en Huancayo.
Los pescadores de mayor éxito usaron como señuelos “mariposa de bronce” y “flatfish” en colores bronce, plomo y rojo fosforescente. Las cañas utilizadas fueron, en su totalidad, de tipo “spining”, carrete y tambor fijos.
La competencia se caracterizó por el gran entusiasmo de los participantes a pesar del intenso frío y la altura. La barra del club Bracco puso la nota pintoresca por la algarabía que demostró cuando les entregaron el trofeo Maccagno.
El desempeño del jurado fue impecable; así como, la organización del concurso a cargo del club de pesca y caza Pomacocha. Alejandro Martell, que ya tenía en su haber una trucha de oro, ganó el primer premio; mientras que Pedro Dasa, la copa Cerro de Pasco. Ambos pertenecían al club de caza y pesca Huancayo.
Sembrador de truchas
James Mitchell, médico veterinario de California, vino al Perú en 1926 contratado por la División Ganadera de la Cerro de Pasco Corporation. Estudió las aguas frías de Junín, echando los primeros alevinos de truchas en aguas peruanas de La Oroya el 18 de enero de 1928.
Después de algunos años de residir en Perú, donde hizo importantes estudios sobre la flora, la fauna y la vida de los insectos de la sierra central con su laboratorio de Pachacayo, retornó a su país, con algunos ejemplares de chinchillas para aclimatarlas lo cual en efecto logró.
Lamentablemente, su granja fue arrasada por un incendio donde perecieron todas las chinchillas. Nunca más se supo de aquel dinámico veterinario californiano que sembró las primeras truchas en el Perú, hace 94 años.
La nutritiva trucha
En esas cuatro décadas, la producción de trucha solo en Junín alcanzaba los 73 millones de soles. Su venta se realizaba por racimos en las carreteras del departamento. Además era posible saborearlas en el menú de los restaurantes de la sierra central.
En la comunidad de Pucará, al sur de Huancayo, se criaban unos dos millones de truchas arco iris aptas para consumo y pesca deportiva. La comunidad de Canipaco criaba truchas en el río del mismo nombre y pozas naturales. Llegaron a tener un millón de esta especie conocida como salmónidos. Su pesca ya no se realizaba con dinamita, sino con caña de pescar, nylon y señuelos artificiales.
VIDEO RECOMENDADO
Nuestro Archivo Histórico presenta su tienda virtual