/ Artículo informativo
El 19 de diciembre de 1970, a las 7 de la noche, la policía descubrió el cadáver de una joven mujer con dos impactos de bala a la altura del corazón y, debatiéndose entre la vida y la muerte, a un oficial de la Fuerza Aérea del Perú.
El deceso de este se produjo el 20 de diciembre, en el Hospital de Mollendo. Pese a la reserva que mantuvieron al inicio las autoridades, se supo que el hecho sangriento se había producido en el avión C-47, en el aeropuerto de esa ciudad.
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Cuando el empleado del aeródromo se disponía a colocar la escalinata escuchó en el interior de la máquina tres detonaciones. Rápidamente informó a sus superiores, los que llamaron a la policía.
Dentro del avión se encontró el cadáver de una joven de 22 años, identificada como Luisa Vigil Ferreyros y sangrando copiosamente de la cabeza al capitán FAP Francisco Gárate Agüero.
Los dos cuerpos fueron conducidos en una ambulancia al Hospital de Mollendo, en donde se certificó el deceso de la joven. El mencionado oficial fue sometido a una delicada operación a las 8:30 de la noche. Pero a las 3 de la madrugada dejó de existir, pese a los esfuerzos de los médicos. Presentaba una herida en el parietal derecho, sin orificio de salida.
De las investigaciones se desprendió que Gárate había salido de Las Palmas, en Lima, sin ninguna autorización, piloteando el mismo el avión 745. Descubierto el trágico final, el día 20 arribaron a Arequipa dos aviones de la Fuerza Aérea del Perú. En uno de ellos llegaron el comandante FAP Aníbal Álvarez, otros oficiales, un juez militar y familiares de Luisa y Francisco.
Al interior de la aeronave se encontraron papeles con anotaciones, en los que se argumentaban como causas del suceso cuestiones de índole sentimental que comprometerían a ambos. No solo eso. También se encontró la pistola utilizada en el crimen y suicidio.
Horas antes del episodio en Mollendo, en la capital los familiares de la extinta Nelly Aurora Tabja de Gárate, asesinada en San Borja el 15 de diciembre, informaron que no sabían dónde se encontraba el esposo de la fallecida. Y agregaron que en la FAP les habían dicho que el mencionado capitán se hallaba en misión de vuelo.
Dos miembros de la Policía de Investigaciones del Perú, PIP, viajaron hasta Arequipa para investigar el suicidio del capitán Gárate, quien había dejado una carta indicando las razones por la cuales se había quitado la vida.
El 21 de diciembre, los restos de Francisco Gárate Agüero y Luisa Vigil Ferreyros fueron enterrados en el camposanto de Mollendo. La carta encontrada en el avión decía: “Mamá, ya te dejé una nota en Las Palmas. Tú que eres mi madre comprenderás que nunca fue delito ni una vergüenza enamorarme de Frank, porque también me adoró desde el primer momento. Tuvo una mujer tan singular que jamás quiso entender y le obligó a estar a su lado valiéndose de muchas personas”.
El capitán FAP Francisco Gárate Agüero estaba casado con la señora Nelly Tabja de Gárate, quien fue hallada estrangulada en el interior de su automóvil en una calle de la urbanización San Borja, en Lima. La inhumación de los restos de Gárate y de Vigil se realizó en estricto privado.
Cuatro meses antes del crimen, Nelly Tabja se citó con un abogado en el edificio Marsano, para consultarle sobre un divorcio. El abogado comentó que la señora se mostró muy hermética, pues no dijo si ella era la interesada en divorciarse o alguna amiga o familiar.
Después de siete días de investigaciones, la PIP reveló que Nelly Tabja había sido asesinada por José Chávez Enríquez, quien fue contratado por el esposo Francisco Garate Agüero y la amante de este, Luisa Vigil Ferreyros.
El asesino, quien fue detenido en la madrugada del 22 de diciembre, era primo lejano de Luisa, y cobró 350 soles por cometer el crimen. El homicida, según lo planeado, debía simular un asalto, seguido de violación y robo. Aunque no abusó sexualmente de su víctima, sí se llevó joyas, un reloj y dos sortijas.
El caso había permanecido en el mayor misterio, hasta que acontecieron los fatales hechos de Mollendo. Los amantes tenían un departamento en el edificio Angloperuano. Allí la policía encontró una serie de cartas, que dieron luces al misterioso caso.
Con la captura del asesino contratado y su confesión se completó la investigación. En octubre el asesino había sido presentado al capitán Gárate por Luisa Vigil. Ambos hombres se reunieron hasta en cuatro oportunidades. La última vez fue el 12 de diciembre, fecha en que el militar le entregó los 350 soles a Chávez Enríquez y le instruyó sobre la manera en que debía ser cometido el asesinato, para que tuviera las apariencias de un asalto y violación.
El día del asesinato, Luisa Vigil Ferreyros y José Chávez Enríquez se reunieron a las 7:30 pm en la esquina de las avenidas República de Panamá con la avenida Primavera. Luego, desde un teléfono público de la calle San Felipe llamaron a Nelly Tabja.
Chávez le dijo a Nelly que tenía amplia información sobre la amante de su esposo y la citó para encontrarse a las 8:15 de la noche en una calle solitaria a la altura de la cuadra 42 de República de Panamá.
Al salir de su casa Tabja le dijo a su padre y a su esposo que tenía que encontrarse urgentemente con una amiga. Su esposo se fue a acostar a los pocos minutos.
Nelly llegó a la cita en su automóvil volkswagen escarabajo y minutos después se presentó el asesino, quien le dijo que era un investigador privado. Subió al auto y durante cinco minutos le dio algunos datos sobre la amante de su esposo. En ese momento se acercó Luisa Vigil. El asesino se bajó del coche y la amante de Gárate subió en su lugar.
Ambas mujeres discutieron y luego se agredieron. Luisa Vigil se retiró y ordenó al asesino para que procediera según lo acordado. Este ingresó al vehículo con una soguilla y estranguló a Nelly Tabja, al mismo tiempo que trataba de romper sus prendas íntimas.
Después de que Tabja dejó de resistirse y Chávez supo que todo había terminado, la acomodó en el lado derecho del volkswagen y él tomó el timón. Entonces se dirigió a una calle desolada de San Borja, donde abandonó el auto con los restos de la víctima. Recogió las joyas y limpió el vehículo para borrar las huellas.
Los investigadores descubrieron que Gárate frecuentaba el departamento 1202 del edificio Angloperuano, pero ignoraban con qué mujer se reunía allí. Este departamento fue hallado el 19 de diciembre y un investigador se encargó de vigilarlo permanentemente y con mucha discreción.
Ese mismo día en la mañana un desconocido llegó al lugar y retiró una serie de documentos y cartas. Este hombre era compadre de Luisa Vigil, y esta le había encargado que recogiera las cartas. Cuando el investigador le estaba reclamando las cartas. Se presentó el capitán Francisco Gárate, quien observó de lejos lo que estaba ocurriendo y se retiró rápidamente.
En su interior se dio cuenta que estaba a punto de ser descubierto y llamó a Luisa. Ella lo recogió en su auto y ambos se dirigieron a Las Palmas, donde subieron en el mencionado avión C-47 y volaron hasta Mollendo. Allí sucedió el desenlace fatal ya conocido.
José Chávez Enríquez, quien no tenía trabajo conocido y se dedicaba a comprar y vender objetos de dudosa procedencia, fue delatado por un confidente, a quien le había hablado sobre la propuesta de asesinato. Ante la prensa, con cinismo manifestó que había matado por su amistad con Luisa, a quien había querido ayudar a resolver su problema amoroso.
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